Las niñas y las mujeres representan la mitad de los más de 65 millones de personas refugiadas en el mundo. Solo por se niña o mujer, el grado de vulnerabilidad se multiplica tanto en origen, como en tránsito y destino.
Es un imperativo ético ineludible diseñar e implementar acciones coordinadas en las que se tengan en cuenta las necesidades específcas de las niñas y las mujeres en la actual crisis, que incorporen medidas concretas de protección y fomento de la resiliencia.
Aquí tienes la hoja que hemos diseñado: La mitad del refugio, toda la dignidad